Son aquellas personas que no fuman, pero que están en contacto constante con los fumadores e inhalan el humo del cigarro; ser un fumador pasivo significa estar aspirando el humo de tabaco ambiental generado por otras personas.
El humo que inhala este fumador pasivo es el de la corriente secundaria, que contiene hasta tres veces más nicotina y alquitrán que la corriente principal que aspira el fumador y unas cinco veces más monóxido de carbono.
Un fumador pasivo expuesto al humo de tabaco durante una hora, inhala una cantidad equivalente a 2-3 cigarrillos.
Además, se ha comprobado que los fumadores pasivos tienen tanto o más riesgo que los fumadores activos de contraer cáncer además de enfermedades cardiacas.
De ahí la importancia de proteger los derechos de los no fumadores, ya que como sucede con el alcohol, el hábito de fumar está socialmente aceptado y hasta fechas recientes favorecido.
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